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NUCLEARES SÍ, DE MOMENTO

Publicado en "El Periódico de Yecla" el 15 de Febrero de 2007.

Algunos se acordarán de la melodía de una canción de los años ochenta de Aviador Dro que llevaba por título “Nucleares sí, por supuesto”, y con ella quiero homenajear, si me lo permiten con socarronería, a todos cuantos opinan de la energía nuclear sin saber bien de lo que hablan, vamos, como si yo me pusiera a dar una disertación sobre el mundo sefardí del que tanto sabe un paisano nuestro, columnista de este periódico y que, seguramente, estará a mi lado en esta página que está usted leyendo. Pero vayamos al tema en cuestión. Mucho se está hablando últimamente del Cambio Climático y de las consecuencias del mismo sobre nuestro planeta, en concreto sobre el clima y sus repercusiones sobre nuestra sociedad. También es cierto que no se está hablando tanto, o al menos, no se ha abierto todavía, un auténtico debate sobre el modelo energético que necesitamos para acabar así con la emisión incontrolada de millones de toneladas de dióxido de carbono y metano a la atmósfera. Pienso que es hora de abrir, de una vez por todas y sin complejos, un debate serio, científico, riguroso y nada especulativo sobre la energía nuclear. Loyola de Palacio intentó esta empresa en varias ocasiones, no obteniendo sus mensajes el calado y el eco que merecían dentro de la sociedad europea. Últimamente, han sido otros los que han querido impulsar este debate pero tampoco con mucha fuerza por el temor al qué dirán, a lo políticamente correcto que, a veces, está perjudicando a la sociedad y nadie quiere ser el que le ponga el cascabel al gato. Siempre desde el respeto a cualquier opinión, me he posicionado en la necesidad de retomar la opción de la energía nuclear como la menos mala y más eficiente arma para luchar contra el cambio climático y las emisiones de gases de efecto invernadero.

Las emisiones de dióxido de carbono de una central nuclear son cero, así como la emisión de dióxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, cenizas, escorias…lo que nos permite luchar contra la lluvia ácida y el aumento del efecto invernadero que provocan las centrales térmicas que utilizan el carbón o el petróleo como materia prima. En esto sí que hay acuerdo, hay que reducir emisiones. De momento, las energías renovables no pueden satisfacer la demanda energética que tiene nuestra sociedad, aunque debemos invertir para que así sea en un futuro no muy lejano. La energía nuclear ha de servir pues como energía de transición entre las energías fósiles, no renovables, como el carbón y el petróleo y las energías renovables no contaminantes como la nuclear por fusión, la solar, la eólica y la biomasa, entre otras. Cierto es que la gestión de los residuos nucleares es lo que más preocupa, no sólo a las asociaciones ecologistas sino a las propias empresas y comunidad científica internacional. Hay emplazamientos geológicos o cementerios nucleares donde estos residuos pueden ir a parar, sin que por ello, nuestro medio ambiente se vea perjudicado. Todo es cuestión de voluntad y de conocimiento sobre las radiaciones. Sorprendería saber la cantidad de radiación natural a la que está expuesto el hombre diariamente y desconocemos hasta qué punto nos afecta. Un fumador, por ejemplo, está metiendo polonio radiactivo en sus pulmones. Cada hora nos atraviesan más de doscientos millones de rayos gamma, también presentes en la desintegración nuclear. Muchos alimentos, como el marisco, tienen radiación natural y cada hora, se desintegran en nuestro interior quince millones de átomos de potasio-40 y siete mil de uranio natural. Quiero decir con esto, que aproximadamente el 88% de la radiación que recibe el hombre es de origen natural y por tanto deberíamos asumir que el invierno informativo en el que nos hemos criado no nos ha hecho ningún favor. Uno tiene la sensación de que sólo cuando nos hacemos radiografías, nos acercamos a una central nuclear o a un acelerador de partículas en los hospitales, es cuando podemos tener peligro de radiación. Pues no. Ya es hora de que acabemos con esta creencia. Precisamente, el debate que propongo abrir es ese. Contar todas las verdades y mentiras, con rigor científico de la energía nuclear. Al final veríamos que no es tan mala como dicen, aunque sí es muy peligrosa si no se sabe utilizar. Todo depende del uso que le demos y de las medidas de seguridad que adoptemos. Hay tecnología, hoy en día, para hacer segura una central nuclear, de nosotros depende que queramos asumir ese riesgo, que aunque muy pequeño, siempre existe. Si las tecnologías de las renovables fueran suficientes como para abastecer nuestras necesidades diarias de energía, yo sería el primero en pedir que se abandonara la energía nuclear de fisión, la que tiene desechos radiactivos, pero hoy en día esto no puedo hacerlo. En estos momentos no podemos prescindir de una fuente de energía tan barata como poderosa que es capaz de satisfacer la demanda energética sin perjudicar al planeta. Aquí hay que tomar decisiones valientes. Para cumplir con Kyoto hay que pasar, por unas décadas y hasta que se desarrollen plenamente las fuentes de energía renovables, por la utilización de la energía nuclear de fisión, aunque paguemos el precio de los residuos. Pienso que la Tierra lo merece. Frenar drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero no pasa, de momento, por utilizar exclusivamente energías renovables. Lo que sí hemos de hacer, desde hoy mismo, es apostar, decididamente y sin más contemplaciones, por este tipo de energías, invirtiendo lo que sea necesario en su desarrollo, pues en nuestro beneficio redundarán los éxitos en estos campos. Hasta entonces, hasta poder tener esa suficiencia energética con recursos renovables, seamos prácticos y no renunciemos a una tecnología, que hoy por hoy, es la única capaz de frenar las emisiones de CO2 y de suministrar la energía necesaria para mantener el progreso y ritmo de nuestra sociedad, por eso, y aunque algunos no lo quieran entender, Nucleares sí, de momento.

Autovía A-33

Publicado en http://www.elperiodicodeyecla.com/ el 31 de Enero de 2007

Hace un año escribía en el diario “La Verdad” de Murcia un artículo en el que daba una serie de argumentos medioambientales acerca de la idoneidad de la alternativa 15 de la futura autovía A-33. Pasado más de un año desde entonces y habiéndose formalizado acuerdos entre los alcaldes de Yecla, del Partido Popular y de Jumilla, del PSOE, en Diciembre del año pasado, parece que todo ha quedado ahí, en una mera foto. El alcalde de Jumilla, Sr, Abellán, ha decidido interponer un recurso contra el trazado aprobado por el Ministerio de Fomento. No me extraña que este recurso tenga como finalidad el retrasar más las obras debido a que el Ministerio ha prometido un dinero que no tiene en estos momentos. Así las cosas, lo que nos vendieron hace unas semanas a bombo y platillo de que iban a acelerar la construcción de la autovía y que venía más dinero para este año 2007, ante la imposibilidad de hacer frente a estos compromisos, habrían solicitado al alcalde de Jumilla un favor más, que presente un recurso al trazado y hasta no estar éste resuelto no se podrán empezar a ejecutar las obras. De esta forma, todas las promesas para este año electoral quedarían sin ejecutar. El Sr. Abellán será responsable de los próximos retrasos en la construcción de la A-33. El PSOE ya dividió el trazado en cuatro tramos retrasando así el proyecto aún más. Ahora ha tocado un recurso contra ellos mismos, contra la decisión que ellos mismos adoptaron hace unos meses. ¿Cuál será la próxima treta que realizarán? El PSOE de Yecla debería pronunciarse urgentemente. El Sr. Saura debería pedir al Sr. Abellán que retire ese recurso. Ni Yecla, ni Jumilla merecen más retrasos en la ejecución de una obra tan necesaria para ambos municipios. Recordemos que la alternativa 12, la que quiere Jumilla transcurre por los parajes de La Jimena, La Anchura y Los Charquillos, y la alternativa 15, a través del Ardal, ambas dos hasta la zona de las Casas del Puerto. Me gustaría dar unos argumentos medioambientales para justificar el por qué de la idoneidad de la alternativa 15. La alternativa 15 tendría una longitud, desde el punto común del entronque con la variante de Caudete, de casi 37 Km, mientras que la 12 alcanzaría los 45 Km de recorrido hasta el entronque en las Casas del Puerto. Ya tenemos, por tanto primer argumento, la menor distancia, unos 8 km menos por un lado que por otro. Esta autovía se cree que soportará un tráfico aproximado de 12000 vehículos diarios (que serán muchos más) cuando entre en funcionamiento. Suponiendo una media de emisiones de dióxido de carbono de 160 gramos por Km (fuente: IDAE) para cada vehículo (aunque esto en realidad es mayor porque no todos los vehículos y camiones pesados emiten lo mismo) resulta que por la alternativa 15 se emitirían casi 6000 toneladas menos de dióxido de carbono al año, gas responsable del efecto invernadero. Para que nos hagamos una idea, las emisiones necesarias para desalar 1.000.000.000 (mil millones) de litros de agua, la que consumirían aproximadamente 6000 familias al año en nuestra Región. Con la falta de energía y de agua que tenemos no podemos emitir más gases de los que ya tenemos asignados por el Protocolo de Kyoto, así que me parece un argumento a tener en cuenta. Un segundo argumento, la alternativa 12 tiene muchos más desniveles que la 15, casi horizontal, lo que supondría un mayor aumento de emisiones de CO2 y ni que decir tiene que transcurre por parajes con alto contenido ecológico, lo cual hace de la 15 el itinerario menos agresivo con nuestro medio ambiente. A mi modesto juicio hay un tercero, las autovías hay que alejarlas de las ciudades porque pueden frenar en el futuro la expansión de las ciudades y zonas residenciales. No se debe hipotecar el crecimiento de las ciudades de Yecla y Jumilla con la autovía tan cercana al casco urbano. Además, una autovía es un foco de contaminación y mejor tenerlas alejadas del casco urbano, por eso la idoneidad de tener, con el paso de los años, un cinturón verde en Yecla que absorba parte del dióxido de carbono generado por el tráfico rodado. Las ciudades de Jumilla y Yecla seguirán unidas por la antigua carretera N-344 y ahora sin tanto vehículo, con lo cual el tiempo de viaje también se acortará y ya no será excusa el tráfico para acercarse a comer a las pedanías jumillanas de La Alquería y Fuente del Pino, donde por cierto, se come de maravilla. Que los signos políticos de los dos ayuntamientos sean distintos no significa que no haya que apoyar la alternativa más lógica, a mi entender la 15. Además, es importante significar que la autovía no está pensada para Yecla y Jumilla solamente. Esta autovía vertebrará al Sureste Español, conectará Europa con Andalucía Oriental, abrirá Murcia a Europa, ayudará a descongestionar la autovía Madrid-Alicante y la Alicante-Murcia, amén de que acortará distancias y tiempos entre Valencia y Murcia, lo cual ayudará más al desarrollo regional, pues tendremos ahora cuatro grandes vías de entrada a la Región. Espero que toda esta situación se aclare cuanto antes y que los nervios preelectorales de nuestro vecino jumillano, el Sr. Abellán, no perjudiquen más a Yecla y a la Región de Murcia. Este recurso no debe prosperar por el bien de todos. Más retrasos en la autovía generarán pérdidas de riqueza en nuestra comarca y sabremos entonces, de manera clara y directa, quién habrá sido el responsable político. Jumilla ya tiene aprobada por el Gobierno Regional de Ramón Luís Valcárcel una autovía con la Venta del Olivo. Que no nos venda el Sr. Abellán que todo este recurso es porque quieren autovía directa con Yecla. Jumilla ha salido mejor parada de esta situación que Yecla. Se hará primero el tramo Jumilla-Blanca que el Yecla- Fuente la Higuera. Sr. Abellán, por Yecla y por Jumilla retire ese recurso en aras del interés general. El Altiplano no merece seguir, por más tiempo, aislado del exterior.