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una perla de la ministra Aído

Ahora...¡a por los pantanos¡

El caprichito de la Ley Histórica es otro ejemplo más de las consecuencias del retraso mental de ciertos dirigentes progres incapaces en concentrarse en los problemas actuales e incapaces de sacar a España de una crisis galopante causada por su dejadez, desidia y desinterés. Vivir de las rentas del gobierno Aznar es lo que hicieron en los pasados años. Ahora, estos desalmados, para desviar la atención y que no se muestre su desnudez intelectual, han comenzado a remover tumbas, a quitar nombres de calles y títulos a los muertos, sólo de un lado, han comenzado a dividir España, precisamente todo lo contrario que se deriva del espíritu conciliador de la Constitución de 1978. No pasa un solo día donde no aparezca una noticia en la que se vea lo grandiosa que es esta ley (la pongo en minúsculas porque una ley beneficia a todos, no a unos pocos) y lo bien que le estamos haciendo a la Democracia quitando monumentos, emblemas, escudos, banderas…
Ahora toca comenzar a demoler pantanos. Sí, porque esas obras faraónicas las hizo el dictador para gloria suya, no para beneficio del país. Perdón si acabo de dar un argumento progre digno de la indigencia intelectual reinante en una gran parte de la clase política. Los pantanos son pues, el último reducto franquista que queda en este país y, por tanto, hay que eliminarlos. ¡Por favor¡ La Historia siempre se repite y nosotros la borramos para no aprender de ella. Yo no puedo defender ni defiendo lo que no he vivido. Nací en 1973, año en el que ETA asesinó al Almirante Carrero Blanco, sí, una muerte muy jaleada y deseada por muchos de los progres que hoy nos gobiernan. Yo jamás me alegraría de la muerte de nadie. Esa es la diferencia entre “algunos de ellos” y yo. Escribía que yo no viví el Régimen de Franco y no puedo defenderlo, pero tampoco voy a criticarlo. La Historia hay que verla en perspectiva y desde la distancia para poder comprenderla, de la misma forma que hay que analizar la etapa de Felipe González en el Gobierno de España. Uno no se puede quedar sólo con la corrupción generalizada existente en los últimos años del felipismo. Sólo un acotado mental es capaz de llegar a tamañas conclusiones.
Así pues, mi deseo es que se dejen las cosas como están, que no se remueva más el pasado y que nos centremos en el presente para poder construir un futuro digno de un país como España. Esa es la diferencia fundamental entre los progres y los tecnócratas de la derecha española. Unos construyeron pantanos y otros pretendían “volarlos”, unos hicieron un PHN para toda España y otros lo “volaron” para favorecer a unos pocos. La desmemoria histórica tiene estas cosas…

¿ y los hijos de Paco, qué?

LLevo ya unos meses acordándome todos los días de los hijos de Paco Camps ( y de los demás encausados), de lo mal que lo estarán pasando viendo todos los días cómo acribillan a su padre en prensa, radio y televisión. Esos chicos están sufriendo la ingratitud del servicio público que es la política. Alguien o algo debería salvaguardar a los hijos de los políticos, en definitiva, a sus familias. El mero hecho de estar ahí no puede exponer a los menores a las iras y mentiras de los opositores y mediocres que jamás han ganado unas elecciones y que son incapaces de ganarse la vida fuera de la cosa pública. Yo no estoy juzgando a Paco, Dios me libre, para eso está la Justicia, pero convendrán conmigo en que algo hay que hacer. Un procedimiento de tantos meses, de tantas noticias infundadas, de tantas conversaciones reveladas, filtraciones, manifestaciones, dimes y diretes, quien al final lo paga es la familia del inculpado, a saber, los hijos y mujer de Paco.
Este asunto, independientemente del veredicto final que haga la Justicia, ya ha tocado el honor de Paco y es muy difícil restituirlo. La calumnia y la mentira tienen estas cosas. Pero lo más triste y lo que más me preocupa es cómo van a quedar psicológicamente esos hijos. Quieran o no, han vivido, en primera persona, junto a sus padres, meses de calumnias, de amenazas, de insultos...a una edad en la que precisamente, esto no toca. Es edad de formación, de crecimiento, no de palos ni sufrimiento gratuito.

Por todo ello, sería lógico que la Justicia trabajara de forma silente . Que la separación de poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial fuera una realidad y se respetaran los derechos de los más indefensos, que se protejan los derechos de esos hijos, de esas esposas, de esos padres... La presunción de inocencia y el derecho al honor es algo que, desde hace cinco años, en este país se está obviando, cada día más, y no importa de qué forma se haga. Se airean rumores falsos, de forma malintencionada se tergiversan conversaciones, se falsea la verdad. Como decía Alfonso X, " Los cántaros vacíos son los que más ruido hacen" y se están llevando por delante a familias enteras que, dificilmente, cuando todo esto pase, para bien o para mal, van a poder reponerse de unos meses o años difíciles.

Se puede dar el caso de que una vez inculpado, después del correspondiente juicio, salga exculpado . Pues bien, nuestra Democracia debe saber dar respuesta a esas acusaciones falsas e intentar resarcir esos errores judiciales y/o políticos. Aunque también hay que castigar esas acusaciones inciertas, falsas e infundadas que continuamente los socialistas están vertiendo sobre miembros del Partido Popular. En mi Región, en Murcia, más de 40 imputados han sido absueltos por los jueces. A esas familias, a esos hijos, a esos padres, nadie les puede quitar los malos ratos que han pasado conviviendo con esa pesadilla de saberse en boca de todos por "delitos" que no han cometido. Idem podríamos decir de Demetrio Madrid, ex presidente de Castilla y León, socialista, que se vió forzado a dimitir y luego se demostró que era totalmente inocente. ¿ Quién ha resarcido a este señor?

En Madrid, donde Esperanza demuestra constantemente que va dos pasos por delante, se ha invitado a dimitir a los sospechosos. Si después de la causa judicial son declarados inocentes, seguro estoy que se sabrá restituir el honor. Pero con esas dimisiones se han ahorrado muchas portadas de periódicos que, a quien perjudican, no es al partido, que lo hacen, sino que las verdaderas víctimas de esas portadas son los hijos, mujeres, padres y madres de esos implicados.

Lo que tenga que ser será, dejemos pues a la Justicia actuar y, mientras tanto, hagamos España y enfoquemos nuestros esfuerzos en salir de la crisis. Los niños no tienen la culpa, las mujeres tampoco. En todo este aquelarre político hay unas víctimas claras, las familias de los políticos y hasta el día de hoy, nadie se ha preocupado de ellos.

Miserable precio el que hay que pagar por estar en política...