Recuerdo que hace unos años, cuando me examinaba del D.E.A. en la Universidad de Valencia, uno de los miembros del tribunal me hizo la siguiente pregunta en relación a mi Trabajo de Investigación en Climatología: “¿diría usted que hay cambio climático?” Mi respuesta entonces, al igual que ahora, dependía enormemente de lo que se entendiera por cambio climático. Cierto es que hay señales de que algo está cambiando, cada vez hay temperaturas más altas, más desastres naturales, los fenómenos ENSO (el Niño) son cada vez más devastadores en las zonas donde se deja notar su efecto…En la comunidad científica internacional hay disparidad de criterios en cuanto a las evidencias de un cambio climático. Es por eso que a mí no me gusta hablar de cambio climático así, tan a la ligera, ya que en climatología, para tener ciertas convicciones de algo necesitamos series de datos (temperatura, presión atmosférica, precipitación…) de al menos treinta años para que esas tendencias nos puedan indicar que algo realmente cambia en el clima de una determinada región, y no me refiero a regiones pequeñas del planeta, tales como un país o comunidad autónoma. Realmente, datos fiables se tienen desde el principio de la década de los 70, por eso, cuando se efectúan comparaciones con épocas anteriores a 1970 hay que ser prudentes y saber muy bien qué es lo que se pretende comparar o qué tipo de conclusiones se quieren extraer. El sistema climático es algo muy complejo, en él influyen factores tan dispares como la población, la orografía del terreno, la vegetación, los usos del suelo, etc. Lo que sí está claro es que últimamente todos notamos cómo algo ha cambiado en el tiempo. Este invierno parece ser el más atípico de todos cuantos se recuerdan…La temperatura del planeta en las capas bajas de la atmósfera está subiendo, y no descubro nada nuevo si digo que en esto tienen que ver los gases de efecto invernadero (GEI), el dióxido de carbono, el metano, el vapor de agua…El hombre ha contribuido enormemente en el aumento del dióxido de carbono y del metano. ¿Qué podemos hacer? ¿Es suficiente con emitir menos cantidades? Si en estos momentos se pararan las emisiones de GEI’s, la temperatura de la Tierra seguiría aumentando por propia inercia. No es suficiente reducir emisiones, se hace necesario empezar a “quitar” cantidades de estos gases de la atmósfera. Los océanos fijan todos los años cantidades ingentes de CO2, pero no lo es menos que la vegetación también lo hace. Por ello se hace necesario reforestar, porque además de que se produce oxígeno, el carbono se fija, formando parte de la planta o árbol. Para que nos hagamos una idea, una hectárea de pino carrasco es capaz de fijar unos 25000 kg de dióxido de carbono. Por ello, los gobiernos nacionales no se deben conformar con la reducción de emisiones, han de ser más ambiciosos, hemos de limpiar la atmósfera de gases traza, como también se les conoce a los GEI’s. Lo que está claro es que los resultados no van a ser inmediatos. Todas estas acciones estarían encaminadas a mejorar la calidad del aire, principalmente, y a mitigar lo que comienza a vislumbrarse como un cambio. Los promedios de temperatura anuales, de presión, de precipitación, etc, no están muy alejados de lo que viene siendo habitual, por ello, es un poco temeroso hablar de cambio. De momento, se observan tendencias de un aumento en las temperaturas medias anuales, de fluctuaciones en la pluviometría de una región, pero en modo alguno, estos cambios nos indican el apocalipsis unido al término CAMBIO CLIMÁTICO. El cambio climático llegará, la Tierra se dirige a una glaciación, pero para ello aún falta mucho tiempo, de nosotros depende que ese cambio se adelante. Por el momento lo que podemos hacer y sí depende de nosotros es reducir los gases de efecto invernadero, cambiar nuestro modelo energético y combatir el avance de los desiertos con verdaderos planes de reforestación, entre otras acciones.
Tampoco hemos de alarmar con datos apocalípticos. En la foto de este post podemos ver cómo la variación de la temperatura media de la Península Ibérica ha sido de menos de un grado en 40 años, nada que ver con los datos que ofrecen otros. Este trabajo está documentado, quien quiera saber cómo he obtenido esos valores no tiene más que mandarme un correo y se lo explicaré gustosamente. No no tengo el más mínimo interés en que haya ( o no) cambio climático. Mi interés sigue siendo mi familia y mi trabajo, por ese orden.
1 comentarios:
¡Qué entrada tan interesante y bien contada! Un saludico.
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