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Mover el mercado de los coches.

La industria automovilística es una de las más importantes de España, no solo por los empleos directos que genera, sino también por los indirectos, que en algunos casos, los cuadriplica. Ahí tenemos los casos de Valencia, Barcelona, Valladolid y Zaragoza, entre otros. A pesar de los planes Prever y los incentivos fiscales para la compra de vehículos nuevos, la cosa no acaba de arrancar. Uno, que no es economista ni lo pretende ser, se pregunta por qué para comprar una casa los bancos nos ponen unos intereses ridículos en comparación con los que tenemos que pagar para comprarnos un coche o una lavadora, por ejemplo. Los bancos y cajas, que son los grandes beneficiados de la ingente cantidad de dinero público que ha ido a sus arcas para sanearles las balanzas, de otra parte, muy mal gestionadas por parte de algunos,  deberían, además de de devolver el dinero al Estado en tiempo y forma, estar obligados a actuar de manera menos usurera con los ciudadanos. En Francia los bancos están dando dinero para la compra de coches a poco más del 5% de interés, cuando aquí en España no bajan del 7 e incluso llegan al 9 por ciento en algunas cajas. ¿ Realmente queremos reactivar el consumo interno de España o queremos seguir empobreciendo a las clases medias, que son las que siempre han tirado del carro? Los bancos y cajas de ahorro, sobretodo éstas últimas, están haciendo su agosto pues piden dinero al 1% y lo emplean  en dar créditos a más del 7%, toda una cifra redonda de negocio. No soy partidario de que el Estado intervenga en la economía pero sí de regular ciertas prácticas bancarias más propias de la usura que de la banca comercial. Aquí hay bancos que han hecho sus deberes y no han recibido ayudas públicas. Otros y las cajas de ahorro en especial, han sido rescatadas con el dinero de todos los españoles y sería una buena noticia que el Gobierno emplazara a las entidades intervenidas a poner unos tipos de interés acordes a las posibilidades de los españoles. Comprar un coche de 20.000 euros, por ejemplo, no puede costar, al cabo de cinco años, al bolsillo del comprador más 27.000 euros. Si los bancos y las cajas no pasan por esto, porque con su dinero quieren seguir comprando deuda pública española artifcialmente alta para negocio de golfos y adláteres, debieran ser las compañías de coches las que, para reactivar su negocio, bajaran el precio de sus intereses a cotas más razonables. Esta es una de las claves de la política expansiva del Corte Inglés, el pague sin intereses o a intereses muy bajos en meses u años, lo que la convertido en una de las empresas españolas que más y mejor ha resistido a la crisis, lo que no significa que no la haya notado.  Algún listillo podrá decirme ahora, muy bien Alfonso, pero eso que tú defiendes al final desencadenaría en una subida de precios e inflación ¿ seguro ? La verdadera libre competencia no subiría los precios, al contrario, los bajaría. Esto es lo que ha pasado a lo largo de los últimos años con tanta marca de coches, tanta compañía de teléfonos, etc.. Las clases medias necesitamos que alguien le saque los colores a los que están haciendo negocio. ¿ por qué los bancos y cajas españolas para comprar un coche tienen los créditos 200 puntos básicos más caros que los franceses, por ejemplo?

2 comentarios:

Vicente Morales Dussac dijo...

No estoy de acuerdo. Me llama la atención que siempre que se habla del sistema financiero se habla como de algo ajeno, cuando en realidad lo componen ahorradores, consumidores e inversores y los bancos y cajas son meros mediadores entre unos y otros. Es cierto que el sector del automóvil es importante en la economía. De hecho, al igual que la bolsa, es un termómetro que nos indica la situación de la economía con unos cuantos meses de antelación, pero creo que el sector financiero es aún más importante que el automovilístico. De hecho, genera más empleo (por cada concesionario de coches, es posible que en la misma ciudad hayan 15 ó 20 oficinas bancarias)Utilizar dinero público para sanear las arcas de las entidades financieras sirve, no sólo para mantener muchos de esos puestos de trabajo, sino también para que los ahorradores no pierdan su dinero. Disminuir los tipos de interés no sólo implicaría un aumento de la inflación (que si, Alfonso, que si bajan los tipos, la inflación aumenta; aunque en mi opinión esto sería un mal menor), también supondría una disminución notable en la cantidad de préstamos concedidos (la curva de oferta tiene pendiente positiva y precio y cantidad ofrecida presentan una relación directa: sube el precio entonces sube la cantidad ofrecida, baja el precio entonces baja la cantidad ofrecida). Quizás en otros países los tipos de interés sean más bajas, pero es muy probable que también se concedan menos créditos. Precisamente lo que se necesita en este momento es todo lo contrario. Para salir de la crisis es necesario que fluya el dinero y aumente la velocidad de circulación del mismo y esto se consigue haciendo que los bancos de muchos más créditos; pero para que aumenten los créditos es necesario que las entidades financieras dispongan de una liquidez de la que ahora carecen y eso pasa por sanear sus cuentas. El sector financiero podría sanear sus cuentas por sí sólo y sin ayuda del Estado (y más aún cuando las cuentas del Estado están peor aún que las del sector financiero), pero tardaríamos 20 ó 30 años en recuperarnos.La ayuda del Estado a las entidades financieras es necesaria para acelerar la recuperación.

LDL dijo...

Gracias Vicente por tu punto de vista. Se nota que eres un buen conocedor del sistema. Apuntaré y reflexionaré sobre todo ello...pero los créditos aquí están más caros que en Francia, y eso, a mi no me cabe en la cabeza, y mira que la tengo gorda...