Artículo publicado en "Yecla. Siete Días" el 29 de Noviembre de 2007.
“La libertad política implica la libertad de expresar la opinión política que uno tenga, oralmente o por escrito, y un respeto tolerante hacia cualquier otra opinión individual”. Esta frase de Einstein viene a resumir la idea principal de lo que hoy quiero transmitir a quienes han sido habituales lectores de mi columna, antes en El Periódico de Yecla y ahora en Yecla, Siete Días. Aprovecho esta ocasión para agradecer a ambos la oportunidad que me han brindado y lo mucho que he aprendido con ellos. Desde que aparecen artículos de opinión míos en la prensa he podido comprobar que a pocos han dejado indiferentes. Son de agradecer tanto las llamadas de ánimo y felicitación como las reacciones negativas y polémicas surgidas en torno a mis manifestaciones. Siempre he defendido la “fuerza de la palabra y de la razón” sobre la “fuerza del insulto fácil” y las “artimañas barriobajeras”. A veces esas maniobras han venido de gente cercana y de la que uno nunca podría imaginar. En cualquier caso, estas actitudes integristas han reforzado aún más mi compromiso con la ciudad de Yecla y han sido la excusa perfecta para participar en la prensa escrita que me ha pedido una colaboración, siempre desinteresada por mi parte.
Es muy fácil insultar y murmurar. Es muy fácil calumniar y desprestigiar. Pero es tan difícil pedir perdón, es tan difícil reparar el daño causado que siempre dejamos que el tiempo lo cure todo, supliendo así nuestra falta de valentía. Lo cierto y verdad es que yo siempre he firmado mis artículos y no me he escondido ni en panfletos imprecatorios, ni detrás de teléfonos con identidad oculta, ni me he escudado en el tan manido “me han dicho que uno va diciendo…”. La ira, la envidia, la ganas de ser más que los demás y el afán de protagonismo no conducen a ningún sitio y esconderse en el anonimato para reprender e insultar no es precisamente de valientes. No todo vale en esta vida. Al menos todo aquello que suponga denigrar a otro.
A mí me gustan las críticas en positivo, constructivas. El que piense que lo hace todo bien se equivoca, pues todos la hemos pifiado alguna que otra vez. Lo importante es saber rectificar. Mi padre, q.e.p.d., siempre decía que con humildad se abrían siempre todas las puertas. Humildad para hacer visión interior y revisar nuestro posicionamiento frente a las cosas. Yo desde aquí quisiera pedir disculpas a quienes se hayan podido sentir, en un momento u otro, dolidos o molestos por mis artículos, que dicho sea de paso, siempre llevan un componente adicional de corazón y compromiso con mi pueblo. Siempre desde el mayor de mis respetos a los que no piensan como yo, he planteado con pasión mis ideas, las cuales, con vuestro permiso, seguiré defendiendo. Muchas gracias a todos, he aprendido de todas y cada una vuestras opiniones y reacciones. Estoy en deuda con vosotros. Hasta siempre. Imprimir artículo
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Es muy fácil insultar y murmurar. Es muy fácil calumniar y desprestigiar. Pero es tan difícil pedir perdón, es tan difícil reparar el daño causado que siempre dejamos que el tiempo lo cure todo, supliendo así nuestra falta de valentía. Lo cierto y verdad es que yo siempre he firmado mis artículos y no me he escondido ni en panfletos imprecatorios, ni detrás de teléfonos con identidad oculta, ni me he escudado en el tan manido “me han dicho que uno va diciendo…”. La ira, la envidia, la ganas de ser más que los demás y el afán de protagonismo no conducen a ningún sitio y esconderse en el anonimato para reprender e insultar no es precisamente de valientes. No todo vale en esta vida. Al menos todo aquello que suponga denigrar a otro.
A mí me gustan las críticas en positivo, constructivas. El que piense que lo hace todo bien se equivoca, pues todos la hemos pifiado alguna que otra vez. Lo importante es saber rectificar. Mi padre, q.e.p.d., siempre decía que con humildad se abrían siempre todas las puertas. Humildad para hacer visión interior y revisar nuestro posicionamiento frente a las cosas. Yo desde aquí quisiera pedir disculpas a quienes se hayan podido sentir, en un momento u otro, dolidos o molestos por mis artículos, que dicho sea de paso, siempre llevan un componente adicional de corazón y compromiso con mi pueblo. Siempre desde el mayor de mis respetos a los que no piensan como yo, he planteado con pasión mis ideas, las cuales, con vuestro permiso, seguiré defendiendo. Muchas gracias a todos, he aprendido de todas y cada una vuestras opiniones y reacciones. Estoy en deuda con vosotros. Hasta siempre. Imprimir artículo
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1 comentarios:
se te echa de menos en los periódicos...y en el partido
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